“De salud estoy mejor que nunca. Las úlceras hace como ocho años que no las noto, desde que cambié de medicación. Llevo un par de años estupendo. Tengo una mala salud de hierro, yo era de los que creía que no había que llegar a los 40 años, que a partir de esa edad uno se convertía en un carcamal, y a lo mejor es verdad, pero es mejor carcamal vivo que muerto.
Después de lo del accidente cerebral pasé unos años con una tremenda depresión. Yo no tuve crisis ni a los 40 ni a los 50. Al acercarme a los 60 empecé a notarme algo extraño y me dije ¿qué está pasando aquí? y entonces dejé las calles y los bares, pero no la madrugada, porque en casa hay barra libre. Dejar la coca no lo hice por el ictus, lo había hecho tres meses antes. Lo hice de la noche de la mañana. No puedo dar ejemplo a nadie porque a mí no me costó nada dejar la droga. Sí me costaría, y mucho, dejar el tabaco y el alcohol. A mí me ha dicho Maradona que él va a ser un adicto toda la vida y que es una guerra diaria espantosa. A lo mejor yo no lo era tanto, porque yo le pregunto a Maradona “¿pero qué tomabas?” y ¡me ha dicho unas barbaridades! creía que yo era muy adicto, pero sólo me tomaba dos o tres rayas. Estos se tomaban dos o tres gramos. Y además, yo empecé a los treinta muy cumplidos y hay gente que empezó a los 18 ó 19. Yo era más de la cultura de la droga que de la droga en sí. Me generación es la de la heroína y yo no la he visto ni de lejos. El mundo de la heroína era muy atractivo porque todos nuestros héroes lo hacían, pero para mi no lo fue nunca. Sobre todo porque veía a la gente morirse a mi alrededor y yo soy muy cagón físicamente”
Joaquín Sabina
Rolling Stone
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