Aprendimos a gemir. Gritando callamos al miedo.Ahora no puedes pedir silencio.Si con tu voz me enamoré. Y mis palabras te mordieron. Lo siento nunca te daré Silencio. Desafinó mi soledad, siempre se pierde si no hay ruido. Cuando te empeñas en chillar yo sólo escucho los latidos. Dejaré de discutir si me lo pides al oído.
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