Una vez sucedido el impacto todo vuelve a subir, todo vuelve a la normalidad siguiendo el rumbo que debe, volvemos a ese camino llano, con suma tranquilidad, a tal punto que se convierte en un camino aburrido, insulso, pesado, viejo, conocido, y claro esta que volvemos también a la vieja rutina de esperar día a día, hora a hora ese imprevisto que nos cambie la forma de sonreír, la forma de mirar, la forma de despertar cada mañana. Ese imprevisto que por cierto es bastante pre-visto ya que lo imaginamos día a día, hora a hora para entretener un poco en nuestra monótona vida, en nuestro normal camino, podría cambiar mi forma de caminar y de vivir, y motivarme, ah como lo espero!.
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